Los cinco platos franceses que no te puedes perder

Cocina francesa

Por estos días, el mundo centra sus ojos en Francia, que acoge los Juegos Olímpicos. Desde A ver qué sale te contamos un poco sobre la gastronomía de ese país, con platillos exquisitos que enriquecen su cultura.

 

Ratatouille

 

Antes de ser una exitosa película de cocina que tiene a la comida francesa como uno de sus ejes fundamentales, el nombre “ratatouille” era muy conocido entre los amantes de esta gastronomía.

 

Su origen es en el sur de Francia, donde se cosechan las verduras que hacen parte de este plato. Suele ser una especie de estofado con tomates, ajo, pimentón, cebolla, calabacín y berenjena, que se preparan con aceite de oliva. Lo más común es que los vegetales estén cortados en rodajas, aunque existen otras versiones en las que se usan cortes diferentes.

 

El toque final de sabor y aroma es gracias a las llamadas hierbas provenzales, también muy comunes en la cocina de Francia. El orégano, tomillo, laurel y la albahaca son algunas de las que se usan normalmente.

 

Escargots de Bourgogne

 

Uno de los platos emblemáticos de la gastronomía de Francia, en especial porque en algunos países es totalmente impensable comer caracoles. No es muy agradable pensar en su textura e imaginar un deleite para el paladar. Pero los franceses saben lo que hacen cuando se ponen el delantal y empiezan a cocinar.

 

La preparación más popular es la de Borgoña, la región donde se popularizó en mayor medida la cocción de caracoles. Suele ser un plato costoso porque el proceso para cocinarlos es bastante largo, así que tampoco es común prepararlos en casa.

 

Al momento de comerlos también hay algunas reglas. Se sirven con unas pinzas y tenedores especiales. Las primeras se usan para sostener la concha del caracol, mientras que los segundos son para sacar la carne.

 

Ancas de Rana

 

Puede que algunas personas piensen que la comida francesa es algo extraña. Primero caracoles y ahora ancas de rana, ¿por qué comerían eso? No podemos negar que Francia es toda una potencia culinaria, así que en este caso es mucho mejor dejar los prejuicios a un lado para probar alimentos distintos y deliciosos.

 

Las ancas de rana tienen una carne blanca similar a la del pescado. La forma más normal de cocinarlas es retirar la piel y después pasarlas por harina, huevo y migas de pan para apanarlas, por lo que al final quedan con una textura crujiente.

 

Macarrones

 

Dejamos a un lado las preparaciones que pueden ser impactantes para entrar en el territorio de los postres más coloridos que encontramos en Francia: los famosos macarrones. Visitar las panaderías francesas es como estar en un museo del sabor.

 

En su forma son similares a las galletas, con una crema en medio de dos merengues. Los colores pueden variar entre rojo, verde, amarillo, violeta, azul, rosa o marrón. Aunque normalmente se usan colorantes sin sabores, es posible añadir algunos ingredientes que también afectan esta propiedad, por ejemplo, el chocolate o alguna fruta.

 

Croque-monsieur y Croque-madame

 

Acá nos encontramos con dos versiones del sándwich nacional francés, cuya diferencia es bastante clara y que podemos identificar fácilmente.

 

Croque-Monsieur: empezamos con la versión que lleva el nombre masculino. Se deben dorar las dos rebanadas de pan y después organizarlo en un orden particular. Primero untamos bechamel, en segundo lugar va el queso, luego el jamón (con frecuencia se añade otra capa de queso y jamón), volvemos a untar salsa blanca en el otro pan y lo cerramos. Una vez más se unta la parte superior del sándwich con bechamel y, por último, queso. Al final lo cocinamos en el horno.

 

Croque-Madame: es el mismo proceso anterior solo que antes de servir, añadimos un huevo frito sobre el sándwich, que funciona como el sombrero de esta señora.

 

Aunque suena como un nombre fabuloso y lleno de estilo, la traducción de estos platos al español es señor y señora crujiente.

Registrate para tener acceso a todos nuestros servicios