“Mamá, ¡se te queman los frijoles!”

Las legumbres son semillas de plantas grandes, carnosas y coloridas. Los frijoles y las lentejas son todos tipos de legumbres. Son una importante fuente de proteínas y un alimento clave en las dietas saludables ya que tienen muchos beneficios.
Existen muchas variantes que se consumen en nuestra isla: frijoles negros, colorados, carita, judías, garbanzos. ¿La ventaja de ingerirlos? Que son ricas en proteína vegetal, fibra, vitaminas del grupo B, hierro, ácido fólico, calcio, fósforo, potasio y zinc. La mayoría de los frijoles también tienen pocas grasas.
En cuanto a nutrientes, son similares a los cárnicos, pero con menores niveles de hierro y sin grasa animal. Una excelente opción si se trata de suplir la carne y los productos lácteos.
Como también son una gran fuente de fibra, pueden ayudar a tener deposiciones regulares. Solamente una taza de frijoles negros cocidos proporciona aproximadamente más de la mitad de la cantidad diaria recomendada para los adultos. Son bajas en calorías pero su fibra y proteína lo hacen sentir a uno lleno. El cuerpo utiliza los carbohidratos en las legumbres lentamente, proporcionando energía constante para el cuerpo, el cerebro y el sistema nervioso. Consumir más legumbres como parte de una dieta saludable puede ayudar a bajar el azúcar en la sangre y la presión arterial.
Los antioxidantes que contienen ayudan a prevenir el daño celular y a combatir las enfermedades y el envejecimiento. La fibra y otros nutrientes benefician el aparato digestivo y pueden, incluso, prevenir los cánceres digestivos.
¿Cómo prepararlos?
Pueden agregarse a cualquier comida, para el desayuno, el almuerzo o la cena. La mayoría de los granos secos hay que enjuagarlos y remojarlos antes de cocinarlos.
Se enjuagan en agua fría y se saca cualquier basura o tallo. Luego se cubre con tres veces su cantidad en agua. Se mantienen en remojo durante seis horas.
De la misma manera, pueden hervirse los frijoles y al retirar la olla de la hornilla dejarlos remojar durante dos horas. Si se dejan remojando durante la noche o después de hervir, disminuye la probabilidad de que produzcan gases. Cuando se consumen, hay que masticarlos bien, ello contribuye a una mejor absorción de los nutrientes y a reducir el flato.
Si usted es amante de la cocina y aún no se decide por los frijoles, dele una oportunidad. Sus ventajas son mucho mayores que sus desaciertos.