Secretos de una buena cocina: Abrillantar y acaramelizar tus recetas

La culinaria es un arte que requiere de mucha motivación pero también disciplina. Sin embargo, a quienes les gusta de manera empírica practicarla encuentran, en ocasiones, tecnicismos comunes en los libros de cocina que dificultan la comprensión a la hora de actuar. Para allanar el camino en la mayoría de las recetas que a partir de ahora encuentres, brindamos una relación de los tecnicismos más comunes que podrás hallar. Ofreceremos la definición y un ejemplo que facilite su entendimiento.
Es probable que en muchas recetas hayas leído o escuchado el término “abrillantar”. El mismo se emplea para hacer alusión a la mejora del aspecto de un producto con aceite, mantequilla, gelatina, mermelada o almíbar. Así, cuando escuches que es muy común abrillantar las carnes a la plancha, sabrás que con ayuda de una brocha en el momento del servicio solo deberás untar alguno de los productos oleaginosos antes mencionados y conseguirás con esta sencillísima operación una mejora notable en el aspecto del plato.
Si de bromas se trata, no hay nada más simpático en la casa que emplear la frase “asusta a las judías para que te queden más suavecitas”. Y es que, en culinaria, asustar es interrumpir la cocción de un preparado añadiendo agua o hielo. De este modo, el viejo truco con las judías blancas se resume en echarles agua fría tres veces nada más empiece a hervir. Ello garantiza que queden más tiernas al cocerlas.
¿Quién en Cuba no ha realizado un flan en baño de María? Este nombre responde a una forma específica de calentar un alimento introduciendo el molde que lo contiene en un recipiente con agua y exponerlo al calor, ya sea de un fuego o de un horno.
Si en esta isla tropical nunca has blanqueado tus verduras es porque probablemente las consumas frescas. Pero si —por razones de que sean de difícil acceso o escaso consumo— las has conservado en frío, darle un hervor al producto para retirarle el mal sabor que haya podido quedarle, como es el caso de la escarcha creada por el refrigerador, las has blanqueado sin conocer la técnica…
Y para encontrarnos con otras nomenclaturas en unos días, cerramos con la palabra caramelizar, que no es más que cubrir un producto o un molde de repostería con azúcar fundida y dorada. Nuestro clásico: el pudín. Caramelizar el envase es imprescindible antes de verter la mezcla.