Alimentos y equilibrio de emociones: psicobióticos

Dentro de la amplia gama de alimentos que existen en el orbe, hay un grupo que se cree pueden incidir positivamente en la salud mental a través de la comunicación eje intestino-cerebro (comunicación que conecta el sistema nervioso central con el sistema nervioso, responsable de controlar el tracto gastrointestinal): los psicobióticos.
El término fue acuñado por vez primera en 2013 cuando investigadores irlandeses describieron a aquellos microorganismos vivos que, ingeridos en cantidades correctas, proporcionan beneficios para la salud mental, mejorando condiciones como la ansiedad, la depresión, la ira, la hostilidad y el estrés.
Estos suplementos pueden influir en la salud mental a través de varios mecanismos:
Producción de neurotransmisores, lo que tiene efectos calmantes en el cerebro; modulación del sistema inmunitario, al evitar la inflamación y procesos como la depresión y otros trastornos del estado de ánimo. De la misma manera, los alimentos psicobióticos regulan el eje hipotálamo-pituitario-suprarrenal, encargado de controlar la ansiedad al reducir los niveles de cortisol que, como bien sabemos, es la hormona del estrés. También, mejora la memoria.

Estudios realizados por otros especialistas coreanos, demuestran que cada vez existen más evidencias de que los síntomas de ansiedad podrían regularse con intervenciones nutricionales. Los psicobióticos resaltan por sus efectos cognitivos y sistémicos, actuando además como agentes ansiolíticos.
¿Qué alimentos contienen psicobióticos?
Los encontramos en pepinillos, aceitunas, cangrejo, atún. Asimismo en otros de origen vegetal -concretamente de hojas verdes- como son el berro, las acelgas y espinacas o en algunas frutas como el plátano, la manzana y la frutabomba. El limón, la calabaza, la cúrcuma, el yogurt, los cereales integrales y la cebolla.

Aunque su estudio aún se encuentra en una etapa temprana, lo cierto es que los resultados son prometedores: la comprensión de cómo estos microorganismos influyen en la salud mental podría abrir nuevas vías para el tratamiento de trastornos.