¿Cómo aprovechar septiembre al máximo?
Lunes. 09/09/2024
Por: Yilena de la Caridad Héctor Rodríguez
Mientras que para unos la llegada de septiembre es sinónimo de comienzo, para otros es sinónimo de despedida. Para los primeros, el noveno mes del año trae consigo la vuelta a la rutina y -por qué no- nuevas oportunidades: es el mes en el que retomamos muchos hábitos que abandonamos cuando llega el verano y suena demasiado bien volver a ellos, al asentamiento de aquello que ya conocemos.
Por otro lado, están aquellos que empiezan septiembre sin un ápice de ánimo: han despedido las vacaciones de verano, esos días que parecen eternos pero que, sin embargo, no lo son. Y entran estresado en este mes. Y con razón... Según los expertos en psicología, queda reflejado en el incremento de las visitas a consulta. La vuelta a la rutina, el regreso a la actividad laboral y los posibles problemas de pareja que hemos traído en la maleta tras las vacaciones de verano son algunos de los motivos por los que septiembre puede superar al mismísimo diciembre en cuanto a ansiedad, estrés, agobio o nerviosismo. Y no hace falta mencionar la temida depresión posvacacional que sufre gran parte de la sociedad...
Apuntarse al psicólogo
Según explica desde Clínicas Origen de psicología y psiquiatría Pilar Conde, el actual es un mes en el que se formulan propuestas de inicio, eso que conocemos como propósitos para el nuevo curso y que no son otra cosa que una voluntad de mejora de cada persona. Para ello, y cada vez más, confiesa la experta, se pide ayuda profesional. La visita al psicólogo, se une así, a los típicos proyectos postverano como aprender idiomas o apuntarse al gimnasio.
Cumplir el propósito de iniciar un nuevo ciclo, de mejorar en cuanto a bienestar después del descanso estival debe abordarse, advierte la experta, lo antes posible. Procrastinar en este asunto como suele hacerse, por ejemplo, con el inicio de la práctica de la actividad deportiva «puede generar frustración». La motivación de cambio, tanto si la visita al psicólogo es un objetivo en sí misma, como si se aborda como ayuda para lograr otros propósitos, debe materializarse cuanto antes, mejor.
Entre las causas arriba citadas, desde Origen sitúan los problemas de pareja en el top del ranking de factores estresores postverano. Durante el tiempo libre y con el aumento de la convivencia, pueden aparecer nuevas dificultades en la relación e incrementarse los existentes. Pilar Conde destaca la dependencia emocional hacia el otro motivo frecuente de consulta individual en septiembre.
En cuanto al trabajo, sí, volver a la oficina reactiva el famoso burnout, en aquellas personas que tienen problemas en el desarrollo de su actividad laboral. En estos casos, será importante mantener a raya el estrés, organizando tareas, estableciendo límites en cuanto a horarios y competencia y, si es necesario, pidiendo ayuda profesional.
Para el resto, en cambio, regresar a la rutina «no es tan difícil». En opinión de la directora técnica de Origen, pasados los primeros días, la propia dinámica del trabajo, con su repetición de patrones, hace que la adaptación sea rápida y el período de transición relativamente pequeño. Los primeros días podemos estar menos ágiles mentalmente «por lo que, si hay algún tema relevante, y consideramos que tenemos que darle una vuelta más, es importante permitirnos posponerlo unos días, y trabajarlo de manera adecuada».
Síndrome postvacacional
No nos olvidemos del síndrome posvacacional que se asienta en la vida de muchas personas durante el mes de septiembre. Laura Jorge, dietista-nutricionista, y fundadora y directora del centro de nutrición y psicología Laura Jorge, comenta que es muy frecuente y que es esencial que estas personas reflexionen sobre la vida y se enfoquen en los cambios viables para que sea satisfactoria.
«En vacaciones no solamente cambia la rutina en lo referente a los planes diarios, sino que los hábitos de alimentación y la actividad física también suelen verse alterados», comenta. Gracias a sus años de experiencia en el sector de la nutrición y de la psicología, Laura Jorge ha podido comprobar que el verano es para muchas personas esa temporada en la que «todo vale» y en la que se pueden permitir dejar de lado todos esos hábitos que han seguido a lo largo de año. Esto influye directamente en su estado de ánimo, en la sensación de bienestar que supone estar de vacaciones y, por lo contrario, en lo negativo de volver a la rutina.
Las personas que siguen este tipo de «cultura de las dietas» con objetivos físicos poco realistas de cara al verano y que no están en equilibrio con su estilo de vida a lo largo del año son más propensas a sentir esa tristeza al volver de las vacaciones. En la mayoría de los casos, pocas veces se alcanzan haciendo que se sientan desmotivadas e inseguras y fomentando una mala relación con la comida y con su cuerpo.
Por ello, es esencial dejar de lado el concepto tradicional de dieta y apostar por un estilo de vida saludable que se siga durante todo el año y que convierta el cuidarse en algo atractivo y fácil, y que independientemente de la época del año haga que nos sintamos bien con nosotros mismos, tal como asegura la dietista-nutricionista.
En conclusión, no hay mejor aliado para combatir el síndrome posvacacional que apostar por una misma, por la salud y por un estilo de vida saludable, con el único objetivo de alcanzar esa sensación de satisfacción plena, ya sea en vacaciones o de vuelta en la oficina.
Una vuelta libre de estrés
Por último, y en general, más allá de los problemas sentimentales y laborales, desde Clínicas Origen nos dejan estos consejos:
- Reestablecer los horarios básicos de las cuestiones prioritarias y hacer lo mismo después con los que permiten mayor flexibilidad.
- Volver a incorporar de manera progresiva las rutinas habituales de deporte, ocio, etc.
- Ser permisivo y compasivo con uno mismo: «No es necesario hacer un cambio brusco, las exigencias rígidas no suelen ser buenos compañeras en estos periodos», dice.
- Aprovechar la oportunidad de volver a empezar para cambiar aquello con lo que antes no se estaba de acuerdo, pero que la rutina hacía que costará más cambiar. Por ejemplo, no revisar los correos de empresa fuera de horario laboral y permitir compartir tiempo de calidad en otros contextos.
Con el fin del verano y la vuelta a la rutina, muchas personas tienden a sentir una sensación de tristeza y vacío muy común debido a la insatisfacción por su trabajo o por la vida cotidiana que han construido. Silvia Dal Ben, psicoterapeuta y directora clínica para España del servicio de psicología online Unobravo, señala ocho factores más a tener en cuenta para que el mes de septiembre sea memorable:
- Sueño y alimentación: retomar una dieta correcta y una buena rutina de sueño es esencial, sobre todo si nos hemos permitido algunos excesos o hemos alterado nuestros ritmos durante las vacaciones. La respiración diafragmática y la meditación o el mindfulness, por ejemplo, pueden ayudarnos a relajarnos y a adaptarnos a los nuevos ritmos de sueño-vigilia
- Relaciones sociales: sigamos en contacto con la gente que conocimos en vacaciones y quedemos con los amigos de nuestra ciudad. Cultivar las relaciones y estar en compañía de los seres queridos son buenos antídotos contra el estrés de la vuelta a casa
- Actividades al aire libre: siempre que el tiempo lo permita, dedicar el fin de semana a actividades al aire libre puede ser una auténtica panacea. Un paseo por la naturaleza, una excursión por la montaña, un viaje a la playa o un fin de semana fuera de la ciudad pueden darnos la sensación de que las vacaciones aún no han terminado y prolongar sus beneficios
- Sport y fitness: mantener una actividad física regular, evitando el sedentarismo. Volver al gimnasio o hacer deporte a la vuelta de vacaciones ayudará a mantener el cuerpo activo y a reducir el estrés
- Hobby: cultivar las pasiones y aficiones descubiertas o redescubiertas durante las vacaciones puede ayudarnos no sólo a vivir mejor durante la fase de retorno, sino también a estimular nuestra mente y creatividad durante todo el año
- Recuerdos de las vacaciones: aunque hayan terminado, las vacaciones no deben archivarse ni olvidarse. Saborear sus recuerdos, por ejemplo, mirando las fotos que hemos hecho, mantendrá vivas las sensaciones agradables y nos hará sentirnos lejos de la rutina diaria
- Emociones: el final de las vacaciones puede ser vivido por algunos como un trauma y provocar una crisis. Sin embargo, muy a menudo es precisamente la lucha continua que muchos de nosotros experimentamos con nuestras emociones lo que hace que el regreso sea aún más difícil. Reconectar con nosotros mismos, aceptar nuestros sentimientos y cuidar nuestro interior son pasos fundamentales para recuperar un buen equilibrio emocional y volver a la rutina con más serenidad
- Bienestar psicológico: la vuelta de vacaciones puede traer consigo ansiedad, estrés e incluso depresión. Si nos sentimos abrumados por sentimientos de responsabilidad, tristeza, ansiedad o insatisfacción, puede merecer la pena hablar con un profesional. Cuidar la salud mental es esencial para lograr un bienestar general óptimo, no solo tras la vuelta de vacaciones sino durante todo el año.