Si les dijéramos que mencionaran las legumbres que más conoces, al menos en Cuba, difícilmente se haga referencia a la habichuela, porque la identificamos como un vegetal. 

Pues las habichuelas si son legumbres y por cierto, muy ricas por sus  beneficios y propiedades, ya que contienen  proteínas, hidratos de carbono, fibra, vitaminas y minerales, indispensables para una dieta equilibrada.

En ellas encontramos la lisina, un aminoácido esencial para nuestro organismo, las vitaminas del grupo 8 y entre los minerales magnesio, potasio, calcio, hierro y zinc, por eso es tan recomendable comerlas en etapa de gestación (también por su aporte en ácido folico), para hombres y mujeres en general en edad reproductiva  y los niños también en cualquier edad, pero durante los 5-6 años y en la adolescencia es vital para el crecimiento, la elasticidad, la fuerza y hasta para el desarrollo motor y la inteligencia. 

Muchos nutricionistas y dietistas aconsejan comerla tres veces por semana y unida a cualquier otro alimento, pero no me negaran que un buen plato de habichuelas con picadillo o acompañada de ensalada mixta de col, lechuga, tomate, pepino y otras verduras es realmente un plato exquisito. 

Su consumo es importante, además, para los diabéticos, porque ayuda a regular la glucosa y gracias a su bajo contenido graso, se emplea en dietas de adelgazamiento y por su efecto diurético, ayuda a evitar la retención de líquidos y eliminar toxinas, por lo cual se suma su virtud como depuradora. 

En Cuba es uno de los pocos alimentos que comemos en esta etapa de verano en forma de ensalada en los que escasean las verduras propias de los meses de frío y si viaja a otros países puede encontrarlas, siempre y cuando no olvide otros de sus nombres: judías, fabas, porotos o habas, mongotes o caraotes.

En definitiva lo más importante es que conozca sus beneficios y las consuma. Es nuestra recomendación y si tiene niños o niñas en casa, con más intencionalidad aún.