La misión del Starliner concluye con un aterrizaje seguro, pero sin tripulación

Starliner Boeing

La cápsula Starliner de Boeing, diseñada para transportar astronautas, regresó a la Tierra después de casi tres meses acoplada a la Estación Espacial Internacional (EEI). Sin embargo, la nave completó su vuelo sin tripulación, dejando a dos astronautas, Butch Wilmore y Suni Williams, en la estación por problemas técnicos no resueltos. El aterrizaje tuvo lugar en White Sands, Nuevo México, en una zona utilizada anteriormente para entrenar a pilotos de transbordadores espaciales.


El desacoplamiento de la cápsula ocurrió el viernes por la tarde, y tras seis horas de vuelo en órbita libre, Starliner inició su descenso a la atmósfera terrestre. La reentrada, una de las fases más complejas y riesgosas del vuelo, fue exitosa. A pesar de las altas temperaturas de más de 3.000 grados Fahrenheit (1.649 grados Celsius) que soportó el vehículo, el descenso culminó con un aterrizaje suave a medianoche.
Los astronautas, que habían llevado la cápsula a la EEI en junio, esperaban poder regresar a bordo de Starliner. Sin embargo, problemas persistentes con los propulsores y fugas de helio desde el vuelo de ida obligaron a la NASA a cambiar los planes y optar por una misión de retorno sin tripulación.


Steve Stich, director del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, destacó que aunque el aterrizaje fue "casi perfecto", las incertidumbres sobre el comportamiento de los propulsores de Starliner durante la reentrada impidieron confiar en la cápsula para el regreso de los astronautas. El plan actual es que Wilmore y Williams regresen a la Tierra en una cápsula de SpaceX en febrero de 2025.


Los problemas comenzaron con una serie de fugas de helio que afectaron los sistemas de propulsión de la nave. El helio se utiliza para presurizar los propulsores que mantienen la orientación de la cápsula en el espacio. Además, cinco de los 28 propulsores del sistema de control de reacción (RCS) dejaron de funcionar, aunque cuatro fueron recuperados. Uno de estos propulsores permaneció inactivo durante el resto de la misión.


La NASA y Boeing prolongaron la misión de Starliner para intentar diagnosticar estos problemas, lo que extendió la estancia de los astronautas en la EEI de los ocho días iniciales a varios meses. Aunque los ingenieros creían haber identificado las causas probables, los problemas persistentes y la imposibilidad de inspeccionar los componentes en el espacio añadieron incertidumbre.


El módulo de servicio, que contiene los sistemas de propulsión defectuosos, está diseñado para ser desechado durante el reingreso, lo que complicó aún más la evaluación de los problemas. Finalmente, se decidió que la cápsula regresaría sin su tripulación para minimizar el riesgo.


Este vuelo sin tripulación es un paso importante en el desarrollo del Starliner, pero no está claro cuándo la nave podrá volver a volar con astronautas a bordo. Los próximos meses serán clave para revisar los datos y determinar los ajustes necesarios para asegurar su fiabilidad en futuras misiones tripuladas.
Tomado de Cubadebate 

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